Durante el principio del siglo XX, Japón expandió agresivamente su territorio a través de Asia, y para la década de 1930 era una influencia significativa en todo el Lejano Oriente. Un aspecto que contribuyó a asegurar el éxito de Japón fue la dedicación de los altos mandos del ejército a la innovación técnica y el desarrollo de armamentos. Naturalmente, esta doctrina incluía el desarrollo de vehículos blindados. Si bien Japón comenzó a importar vehículos blindados alrededor de 1917, menos de 10 años después los vehículos diseñados en Japón ya participaban en combate.
La única salvedad es que esos diseños eran de tanques ligeros y medianos, creados para luchar en China o tomar guarniciones ubicadas en islas donde no había armas pesadas. Debido a que Japón se concentró en producir tanques ligeros, la historia de su desarrollo de tanques pesados es en su mayor parte desconocida, y las investigaciones sobre el tema se ven complicadas por registros contradictorios e información limitada.
Algo que se puede afirmar con seguridad es que los ingenieros japoneses trabajaron en tanques pesados, y comenzaron su desarrollo y sus pruebas antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. El trabajo de diseño del primer prototipo de tanque pesado japonés, el Type 91, comenzó en 1930. Tomio Hara, quien se convertiría en el ingeniero de vehículos blindados de vanguardia de Japón, trabajó en el proyecto.
El Type 91 pesaba solo 18 toneladas y, según los estándares de clasificación de tanques en Europa o la U. R. S. S, hubiera sido considerado un tanque mediano. El gran cañón del tanque, que medía 70 mm, fue lo que hizo que el Type 91 sea clasificado como tanque pesado por el ejército japonés. Extrañamente, también poseía varias torretas, tres en total, lo que sugiere que los diseñadores tuvieron influencias de los diseñadores de tanques británicos de la época, que preferían los vehículos con varias torretas.
El Type 91 nunca llegaría a ser producido en masa, y solo se creó un prototipo. A pesar de que el tanque fue recibido de manera positiva, el mando del ejército exigió una modernización del diseño.
El Type 95 fue el segundo tanque pesado desarrollado por Japón, el último desarrollado antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, y entró en servicio en 1935. Para el Type 95, los diseñadores prestaron especial atención a las nuevas tecnologías y a un aumento del poder de fuego del vehículo. Con este propósito, se complementó el cañón principal de 70 mm con un cañón de 37 mm. El cañón principal de 70 mm tenía una velocidad inicial baja y era más indicado para atacar estructuras de protección e infantería, mientras que el de 37 mm podía ser utilizado contra otros vehículos con blindaje de hasta 30 mm. Con un rango de 300 metros, esto significaba que el Type 95 podía ser una seria amenaza para los tanques soviéticos T-26 y BT-7, que tenían un blindaje más ligero.
Con un peso de 27 toneladas, el Type 95 era bastante más pesado que el Type 91. Esto significaba que aún era clasificado como un tanque mediano según estándares europeos y soviéticos, pero los japoneses no estaban de acuerdo. En parte, esto se debía a la incomparable posición del Type 95 en Asia, donde no tenía rivales en cuanto a blindaje o armamento. El Type 95 fue recibido con opiniones encontradas dentro del ejército japonés: elogiaron sus características pero, al mismo tiempo, criticaron su baja velocidad (debido a su peso). Finalmente, se decidió producir una serie experimental limitada para enviarla al Arsenal del Ejército en Osaka.
Se desconocen los números de producción exactos, pero algunas fuentes sugieren que se fabricaron menos de 10 Type 95. Estos tanques se usaron principalmente en Japón como unidades de entrenamiento, aunque varios fueron enviados a China en 1938.
Si el tanque superpesado Mi-To hubiera llegado a la etapa de producción, habría representado el punto más alto de las habilidades de los japoneses para crear tanques. Nunca avanzó más allá de la etapa de desarrollo, y los intentos de rastrear la historia del vehículo resultaron en información contradictoria y un gran misterio. Lo que sí se sabe del Mi-To es lo siguiente: El desarrollo del tanque superpesado comenzó luego de que Japón fue derrotado en las Batallas de Jaljin Gol, en 1939. O-I fue el nombre que le dio el ejército japonés al vehículo, mientras que Mitsubishi-Heavy Industries (MHI) lo llamó ‘Mi-To’, porque fue creado en la división de maquinarias de MHI en Tokio. A menudo, se cree erróneamente que el O-I y el Mi-To son dos proyectos diferentes, pero hallazgos recientes revelaron que son uno solo. Finalmente, todos los proyectos de tanques superpesados japoneses tenían varias torretas.
Shigeo Otaka, un ingeniero que participó en el desarrollo del tanque, reveló que el equipo de diseño trabajaba en una pequeña habitación separada del resto de la fábrica por una puerta doble, con el objetivo de reducir la posibilidad de que alguien entrara por accidente. Además, diferentes departamentos de Mitsubishi desarrollaron componentes para el proyecto de manera aislada, sin entender exactamente cuál era su propósito. La tarea de combinar las partes desarrolladas por separado recayó en los diseñadores que trabajaban en la habitación tras la puerta doble.
Cada diseño subsiguiente del Mi-To se desarrollaba sobre los diseños anteriores, por lo que se mejoraba el armamento y el blindaje a costa del peso. El diseño más ligero del Mi-To pesaba alrededor de 100 toneladas, mientras que el más pesado estaba entre las 140 y las 150 toneladas. ¿Por qué necesitaría Japón semejante monstruo? Inicialmente, cuando no había riesgos de una invasión a Japón, se planificó que los tanques superpesados fueran usados como vehículos de asalto. A medida que el perímetro de defensa de Japón en el Pacífico comenzó a caer, en 1944, y culminó con la pérdida de Iwo Jima, en 1945, fue claro que podrían aparecer pronto barcos aliados frente a las costas del Japón continental. Esta amenaza llevó a la reutilización del diseño del Mi-To como una unidad de fuego móvil para defensa costera.
Como un tanque de defensa costera, el Mi-To tendría cañones navales de entre 100 y 150 mm. Estos cañones proveerían un rango apropiado y le darían al Mi-To la habilidad de dañar naves de desembarco y los barcos que las cubrieran. El blindaje pesado del tanque superpesado proveería mucha protección contra explosiones y metralla, por lo que se necesitaría un impacto directo para destruir el tanque. Si bien eran enormes según los estándares de tanques, estos tanques superpesados serían un blanco difícil para los cañones de los barcos.
Después de la rendición de Japón, en agosto de 1945, el desarrollo del Mi-To llegó a su fin. ¿Alguna vez se desarrolló un prototipo? La información sugiere que se produjo un vehículo y se envió a Manchuria para pruebas de campo, donde se descubrió que el chasis tenía serios problemas. Pero, al igual que la mayoría de la información acerca de los tanques superpesados japoneses, esto es difícil de comprobar y no debería considerarse totalmente confiable.