Pase de batalla: Historias de la Temporada 1-12

Los subtítulos del video están disponibles en español.

¡Comandantes!

Ha comenzado una nueva temporada del Pase de batalla, así que es momento de mostrarles la lucha entre otros dos ases de los blindados. En esta temporada, Damon Kilmore y Angela Milotova competirán para ver quién es mejor. Ambos comandantes son ases curtidos en batalla y tienen su propia historia y su propio destino. Si le echan un vistazo a este material, descubrirán todo lo que necesitan saber sobre su relación.

Durante la segunda temporada del Pase de batalla, lanzaremos episodios nuevos.

Lista de episodios

Episodio 1: El largo camino a casa

  • Parte 1
  • Parte 2
  • Parte 3
  • Parte 4

El pelotón de Milotova, Badger y Kilmore rodeó al cazatanques enemigo, que ardía en llamas. Si el Patton no hubiera tenido una torreta tan bien blindada, esta habría sido la última batalla de Angela.

"Abortaremos la misión y regresaremos a la base. Milotova, tenemos que hablar. Y mucho."

"Con todo respeto, teniente Kilmore, ¿sobre qué tenemos que hablar?"

"¿Sobre qué? ¿Acaso no te das cuenta que has violado órdenes de un superior? Te lanzaste a territorio enemigo sola y sin la información apropiada."

"Solo quería advertirles sobre una emboscada..."

"¡Sin órdenes! Cuando volvamos a la base, hablaré con el comandante de tu pelotón."

"Murió... Sobreviví yo sola..."

Normalmente, luego de una misión exitosa, la vuelta a casa era una alegre mezcla de bromas, charlas e historias de batalla. Sin embargo, esta vez, las radios estaban en silencio.

El frente de batalla puede convertir a completos extraños en verdaderos hermanos de armas. Incluso la pérdida de un tanque es devastadora; hoy habían perdido a un pelotón entero.

Era evidente que Kilmore se había pasado de la raya. El mismísimo ""Demonio"" se había dado cuenta. También sabía que su misión era apoyar a Angela. Si bien la elocuencia no era su principal cualidad, intentó encontrar las palabras adecuadas.

"Cuéntame qué pasó."

"Salimos al mediodía. Media hora después de ustedes, todo de acuerdo al plan. Estábamos explorando el área cercana."

A pesar de que a Milotova se la conocía por su fuerza y su coraje, Kilmore sorprendió de que pudiera hablar con tanta calma y temple después de haber perdido a todo su pelotón.

"De repente, comenzaron a dispararnos desde los bosques. Supongo que estaban esperando que nos acercáramos para activar la trampa. El tanque que iba delante explotó de inmediato; no tuvo tiempo de esquivar absolutamente nada. Luego del primer disparo, nos separamos y buscamos cobertura. Después de un rato, éramos tres contra cuatro. Luego, nos vimos inmersos en una batalla posicional y muy larga. Al final, yo era la única persona del pelotón con vida."

"¿Por qué no regresaste a la base?"

"Quería advertirles sobre la emboscada. Intenté llamarlos, pero mi radio estaba dañada y perdí gran parte de la señal. Cuando por fin capté algo, ya tenía a Badger cerca. ¡Badger, no podía perderte a ti también!"

"¡Te debo una, Angela!"

"¡Descansen!"

Badger no estaba en el pelotón de Kilmore, pero se mantuvo en silencio todo el camino a casa. El ""Demonio"" era el único con la autoridad para dar las órdenes a los miembros de la unidad.

"Recuerda esto, Milotova. Si la torreta de mi Patton no fuera tan fuerte, en este momento estaríamos juntando los pedazos de tu tanque. ¿Querías salvarnos de una emboscada? En vez de eso, terminaste metiéndote en problemas. Cometiste un error de principiante. La batalla solo termina cuando el último enemigo ha caído. Seguiremos esta conversación más tarde."

Episodio 2: Debriefing

  • Parte 1
  • Parte 2
  • Parte 3
  • Parte 4

El comandante de la compañía estaba sentado en su oficina. Delante de él, Angela se mostraba extremadamente calmada, mientras que Kilmore estaba muy furioso.

"¡Casi recibe el disparo de un tanque aliado! No tenemos lugar en el frente de batalla para una principiante como ella. ¡Lo mejor será que siga ejerciendo su trabajo de médica!"

Kilmore estaba extremadamente enojado con el comportamiento de esta «personaje sin experiencia de batalla». No era la primera vez que intentaba persuadir al comandante de la compañía para que revocara la licencia de combate de Angela.

"¿Principiante? Con el debido respeto, teniente Kilmore, quiero decirte que llevo mucho tiempo en la silla de comandante de mi propio tanque, a pesar de haber comenzado siendo piloto. ¿Cuándo será el día en que entiendas que puedo ser igual de útil en el campo de batalla que tus hombres?"

Kilmore enloqueció.

Al pelotón del «Demonio» se lo consideraba una agrupación de élite. Todos los comandantes de este lado de la línea del frente soñaban con unirse a ellos. Sin embargo, nadie se había atrevido a ponerse a la par de los soldados del «Demonio».

"¡¿Quién piensas que eres para compararte a los soldados de mi pelotón?! ¿Tienes idea de lo que son capaces mis hombres? ¡Han llevado a cabo un sinfín de operaciones sin sufrir ni un rasguño! En cambio tú, apenas te lanzas a la batalla, necesitas que te rescatemos. No estás hecha para esto, Milotova."

"¡Hice lo que hice para salvar a mis hermanos de armas! Tú luchas como si mañana no existiera. Pero no solo arriesgas tu vida; también arriesgas las de tus soldados..."

"¡No es lo mismo!" Kilmore interrumpió a Angela abruptamente durante su emocional declaración. Angela lo miró de forma inquisitiva, con la intención de que el teniente terminara de formular su idea, pero Kilmore no tenía intenciones de entrar en detalles.

"Supongo que esto significa que han terminado."

Luego de haber escuchado ambos lados de la campana, el comandante de la compañía finalmente habló. O había escuchado demasiado o quería impedir que Angela siguiera haciéndole preguntas.

"Sargento Milotova, teniendo en cuenta la situación, no debería haber tomado las decisiones que tomó. Sin embargo, gracias a su comportamiento, la tripulación y el vehículo de Badger están intactos. Por eso mismo, quiero darle las gracias por su ayuda."

"Teniente Kilmore, quiero pedirle que tenga en cuenta la situación actual. Hemos perdido a casi un pelotón entero. Su compañera de ejército no necesita más peso sobre sus espaldas. Milotova, los pelotones ya se han formado, pero déjeme ver qué puedo hacer por usted."

Kilmore comenzó a protestar. "¡Pero quizá la próxima vez no vuelva a la base!"

"¡Descansen! Esta conversación ha terminado."

Milotova se apuró para dejar la oficina del comandante de la compañía, pero antes de cerrar la puerta, dijo lo siguiente: "Con el debido respeto, señor: hace muchísimo tiempo que dejé de ser médica."

Episodio 3: Nacimiento de una tormenta

  • Parte 1
  • Parte 2
  • Parte 3

El padre de Angela era un conductor talentoso. Luego de la muerte de la madre de Angela, él siempre llevaba a su hija a la base de tanques. No tenía intención de enseñar a Angela el oficio de tanquista, pero la curiosidad de la niña y el deseo de imitar a su padre simplemente eran muy fuertes.

La chica quedó fascinada con los vehículos blindados e incluso adquirió habilidades de conducción decentes. Su amor por los tanques se volvió tan intenso que comenzó a soñar con tener la misma carrera que su padre. Pero al final, luego de oír incontables veces la frase "este no es trabajo para una mujer", siguió los pasos de su madre y fue a la facultad de medicina. Luego de graduarse, Angela se reencontró con su padre y se enlistó como médica en una tripulación de vehículos blindados de apoyo sanitario. Sin embargo, el deseo de conducir un verdadero tanque jamás desapareció.

Desde su temprana niñez, Milotova supo que ella había nacido para salvar vidas. A partir del primer día de servicio, su deber fue rescatar (o incluso reanimar) a aquellos que corrían con poca suerte en el campo de batalla. Estaba completamente dedicada a su trabajo. Su pasión creció tanto que su deseo de conducir tanques terminó por desaparecer.

Hasta que, un día, ella llevó a un tanquista gravemente herido a la enfermería. Su estado era crítico, y no había medicación ni tratamiento que pudiera detener lo inevitable. Apenas consciente, él repetía una y otra vez la frase: “Solo necesitábamos otro tanque más… ”. Esto desencadenó pensamientos antiguos. ¿Y si ella pudiera ser ese “otro tanque”? ¿Y si evitar lesiones resultara mejor que curar heridas en una mesa de operaciones?

Durante otra operación, Milotova estaba sacando a la tripulación de un tanque aliado, cuando de repente su propio vehículo recibió el ataque de salvas de artillería. Cualquier otra persona hubiera perdido la cabeza, pero no Angela. De inmediato, asumió el control y evacuó a la herida tripulación fuera del vehículo dañado. Finalmente, dio un buen uso a las habilidades que había aprendido años atrás.

Fue una verdadera hazaña, que le hizo merecer una medalla por su valentía en la batalla, pero también se convirtió en un punto de inflexión en su vida. Perder a todo su equipo la dejó en una encrucijada, y al final decidió seguir el camino de su padre. En honor a la reputación de él, Angela pudo completar el entrenamiento para el rol de conductora de tanques. Y ella sabía exactamente a cuál pelotón quería unirse, sin importar cuánto tiempo le tomara.

Episodio 4: Hellhounds

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  • Parte 2
  • Parte 3

La rehabilitación fue larga. De la batalla solo salieron vivos Kilmore y Ramirez, aunque es difícil saber si fue por su experiencia o si solo tuvieron suerte. Juan Pablo se recuperó relativamente rápido, pero Daemon no pudo. Lo torturaba una pesadilla que se repetía una y otra vez. Seguía atrapado en aquella batalla. Una batalla a la que había sobrevivido, a pesar de que no debería haberlo hecho.

Lo acosaba la idea de retirarse, pero Kilmore no podía simplemente decepcionar a sus compañeros tanquistas. Decidió regresar al frente. Solo allí podría calmar el dolor y el remordimiento.

Por una casualidad desafortunada, justo unos días antes, Ramirez, que ya se había recuperado de sus heridas, recibió una carta de su hogar. Había fallecido su querida abuela, la persona más cercana a él y el único lazo que tenía con su vida ordinaria.

"No sé qué hacer ahora. Ya no me queda nadie en mi vida civil".

"Toma un tiempo de licencia, ve a descansar un poco".

"¿Y luego qué? ¿Vivir una vida tediosa, tomar calmantes y morir de aburrimiento? No, jefe, ese no soy yo. Pertenezco a la línea del frente, la guerra es a lo único que me puedo dedicar. Así que pelearé hasta el final".

Esto hizo que a Kilmore se le ocurriera una idea que resolvió sus problemas y los de Ramirez. Daemon formó un pequeño pelotón que incluía solo dos tanques: el "Pipeline" y el Sheridan.

Sus tripulaciones eran de élite, todos guerreros natos, que peleaban como si cada batalla fuera la última. No les importaba quién fuera el oponente. Lo más importante era exterminar tantos tanques enemigos como fuera posible.

El nombre del pelotón era extremadamente genérico: "Kilmore’s Cavalry". Pero, a medida que pasó el tiempo, todos empezaron a llamarlos ni más ni menos que "Hellhounds" por ser completamente intrépidos, y por su capacidad de encargarse de las misiones de combate más complejas y temerarias.

Episodio 5: Una charla sincera

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  • Parte 2
  • Parte 3

Era difícil imaginar a una persona más reservada que Kilmore. Un tipo de pocas palabras, maleducado y grosero por igual con todo el mundo, al cual incluso los oficiales al mando evitaban confrontar, por si acaso. Sin embargo, el teniente era capaz de abrirse y confiar en las personas, pero no en cualquiera.

De hecho, había una sola persona en la que él podía confiar. Ramirez, su colega más cercano, su mano derecha, su hermano en armas, era el único a quien Damon podía llegar a abrirse.

Durante una de sus conversaciones, Ramirez logró lo imposible: hacer que Kilmore hablara acerca de aquella "insufrible chica", Milotova.

"Es buena, Damon. Experta en tácticas, mantiene la calma en situaciones difíciles. Nació para nuestro pelotón".

"Ya sabes con qué criterio elijo a los chicos de la tripulación. A propósito, no olvides que estamos en la misma tripulación".

"Lo sé, y ya que tengo una opinión, no puedo evitar preguntar".

"Puedes intentarlo."

"¿Qué te parece si hacemos una excepción?"

Kilmore sonrió, negando con la cabeza.

"No, no, no. Aprecio tu preocupación, mi buen amigo Ramirez, pero que esto vuelva a pasar... no podría soportarlo. No es solo por 'criterios especiales'. Ya sabes..."

Kilmore se detuvo en la mitad de la frase. Ramirez se dio cuenta de la incomodidad de su comandante, pero Damon se repuso y continuó.

"Es su personalidad. Es exactamente igual a mi hijo. No podría perdonarme a mí mismo si ella terminara de la misma manera que él".

Ramirez esperaba cualquier cosa, pero no semejante confesión.

"Entiendo, Pipe, pero quizás, algún día, ella nos rescate como lo hizo con Badger...".

Kilmore se quedó sentado esperando una respuesta, hasta que se puso de pie repentinamente, como si no hubiera existido aquel momento de debilidad.

"Ya veremos. Bueno, es hora de la sesión informativa. Arriba, gordito".

Episodio 6: Frente de tormenta

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  • Parte 2
  • Parte 3

Desde que su pelotón fue eliminado, Milotova y su tripulación no pudieron entrar en combate. Todos los otros pelotones estaban llenos.

Kilmore era el único que podría tomar al “Tormenta” bajo su cuidado, pero él era inflexible en su rechazo a la solicitud de transferencia de Milotova.

Angela intentó averiguar por qué tenía esa actitud con ella. Hasta le pidió ayuda al secretario del comandante de la compañía para encontrar el archivo personal del “Demonio”.

Al principio, el secretario se negó a buscar entre los archivos personales, pero le ganó la curiosidad. Kilmore era el mejor comandante de tanques, y su pelotón se había convertido en una leyenda viviente, pero nadie sabía qué había pasado antes de la formación del pelotón.

¿Por qué rechazaba a tantos excelentes tanquistas, en especial a Angela?

Pronto, el secretario descubrió que el archivo personal de Kilmore era clasificado. Era la primera vez que se encontraba con algo así.


Mientras tanto, para que Milotova no estuviera ociosa, el comandante de la compañía formó un nuevo pelotón bajo su mando.

Solo había una condición: los otros dos tanques tendrían tripulaciones novatas que ella debería entrenar y comandar.

Eso significaba que no habría misiones de combate.

Milotova no estaba feliz con esto, ya que le impedía cumplir su promesa de salvar vidas. Pero al menos la mantendría ocupada.

Además, ahora tendría su propio pelotón y podría preparar a los niños para la batalla real.


Esto tuvo otra consecuencia: Angela dejó de solicitar la transferencia al pelotón de Kilmore.

Damon estaba furioso. El comandante de la compañía no solo no descalificó a Milotova del servicio, ¡sino que hasta le dio su propio pelotón!

Finalmente, se calmó y se sintió conforme con la decisión.

Angela ya no podría interponerse en su camino durante las misiones de combate.

Y estaría relativamente a salvo trabajando en su “guardería”.

Episodio 7: Un muerto en el ropero

  • Parte 1
  • Parte 2

Milotova comenzaba a volverse loca del aburrimiento. La enviaban a misiones con mucha menos frecuencia que antes.

Usó el tiempo libre para averiguar más sobre Kilmore. Debía haber una razón para que le rechazara las solicitudes de transferencia.

Pero todos sus intentos fallaron. El archivo personal de Damon era clasificado.

Angela comenzó a preguntarle a la gente por el pasado de Kilmore.

Algunos no sabían nada porque habían entrado en la unidad después de que se hubieran formado los Hellhounds. Otros no querían hablar del tema.

Badger era el único que sabía algo.

Cuando entró en la unidad, aún circulaban los rumores sobre “aquella” batalla.


Circulaban rumores de que un tal Mikey Branson, un tanquista joven y prometedor, fue asignado conductor de un vehículo el día antes de la misión.

Kilmore estaba inquieto. No podía dormir mientras trataba de prever todos los escenarios posibles de la operación.

Al final, todo falló por mala inteligencia. Solo Kilmore y Ramírez sobrevivieron.

"Pero ¿quién era ese tal Mikey?".

"Por lo que escuché, era algún pariente de Kilmore".

"Pero no estoy seguro. Sus apellidos son diferentes, y no se parecían en nada".

"De todas formas, Milotova, ¿por qué te interesa?".

"Nosotros, los simples mortales, nunca podremos unirnos a su pelotón. Acéptalo".

Episodio 8: Informe de almuerzo

  • Parte 1
  • Parte 2
  • Parte 3

El "Frente de tormenta ", al que la gente denominaba en broma "Frente frenado ", estaba comenzando a hacerle honor a su nombre.

Los jóvenes miembros de la unidad de Milotova se habían vuelto más hábiles con cada batalla. El comandante de la compañía se fijó en esto y les empezó a asignar misiones más difíciles.

Kilmore entendió que Angela algún día recibiría una misión de combate realmente difícil. Era inevitable.

Un día, Damon se sentó cerca de Angela en el comedor.

"¿Cómo te fue en la última batalla?".

Milotova se paralizó por la sorpresa. Un hombre que nunca le había dicho nada bueno, de pronto, inició una conversación con ella.

Hubo una pausa corta.

"Nada mal. Llegamos a casa sin bajas".

"Vi que Tormenta ahora tiene dos marcas en la torreta. ¿Fue un Grille de nuevo?".

"Espera, tú no estuviste ahí".

"No hacía falta. Entre los enemigos contra los que luchamos, ningún otro vehículo podría dejar una marca así. Tuviste suerte de que impactara en ese ángulo. ¿Expusiste la torreta?".

"Tuve que sacarla mientras los muchachos lo estaban flanqueando…".

"Angela, ya no estás en misiones de entrenamiento de reconocimiento. Yo puedo usar mi torreta para hacer que reboten los proyectiles. Tú no puedes, no con tu Tormenta. Tienes un cargador lleno de proyectiles y excelente velocidad. Espera a que empiecen a recargar, luego avanza a toda marcha y enfréntalos con todo tu arsenal. ¿Entendido?".

"Entendido".

"Bien... ¡Ey, Ramírez! ¡Quédate ahí, amigo! ¿A dónde crees que vas sin mí?".

Y así, Kilmore se fue tan rápido como había venido. Milotova se quedó sentada ahí por un tiempo, pensando en el comportamiento del teniente.

Episodio 9: Ascenso

  • Parte 1
  • Parte 2

Al pelotón de Milotova le estaban asignando misiones de todos los niveles de dificultad excepto el rojo. No era tanto por Angela, sino por sus subordinados. Necesitaban probar que estaban listos para esas misiones.

La reputación de Angela en la unidad creció a la par de la habilidad de su pelotón.

Antes, solo Damon Kilmore tenía la autoridad absoluta.

Pero ahora, había dos comandantes así.

Mientras que Damon era respetado y temido, Angela era respetada y querida.

El servicio del comandante de la compañía estaba llegando a su fin.

El veterano de las batallas de tanques estaba preparándose para su retiro y un muy esperado regreso a casa.

Su objetivo principal era encontrar a alguien de la unidad que pudiera tomar su lugar. Y solo dos personas eran adecuadas para el puesto.

Angela sabía que sería la batalla más importante de su carrera.

Para ganarse el respeto, tendría que superar a su maestro, al que siempre había admirado y quien nunca había notado los logros que ella había conseguido durante su carrera.

Kilmore estaba listo.

Más importante aún, se tuteaba con el comandante de la compañía, y habían llegado a un acuerdo de antemano.

Episodio 10: ¡La tormenta en el frente!

  • Parte 1
  • Parte 2
  • Parte 3

La situación en el frente estaba empeorando. El comandante de la compañía decidió enviar al pelotón de Milotova.

Angela estaba feliz. Le preocupaba la gran cantidad de bajas durante las operaciones recientes. No había podido compartir el campo de batalla con sus camaradas en todo ese tiempo, pero ahora estaría allí para ayudarlos.

Milotova se reunió con el comandante de la compañía para recibir su misión de combate. Pero, de pronto, Kilmore entró corriendo a la habitación y exigió que cancelaran la orden.

"Insisto, ella no debe participar en la operación".

A Milotova, que ya se imaginaba salvando a sus camaradas, le hirvió la sangre con estas palabras.

"¡Deja de subestimarme! He demostrado muchas veces que sé luchar. ¿Por qué eres el único que no cree en mí? No puedes tomar decisiones por todos. ¿O tiene que ver con “aquella” operación? Escuché sobre esa batalla. No fue tu culpa que terminara así. Podría haberle pasado a cualquier...".

"¡Él era mi hijo! ¡Perdí a mi hijo ese día! Murió por mi culpa. ¿No lo entiendes? ¡Por mi culpa!".

Por primera vez, Angela entendió los motivos reales de Damon. No era subestimación ni arrogancia. Era su preocupación paternal. Pero ella no podía echarse atrás.

"No soy tu hija" dijo antes de saludar, tomar el expediente de la misión e irse.

Kilmore se enteró de que él y Milotova tendrían que luchar juntos en la misma área del frente.

Damon no podía cambiarlo. Volvió a su habitación, estudió el mapa del área y los informes de inteligencia, releyó todo varias veces y se quedó dormido en su escritorio. Fue justo como pasó antes de aquella batalla.

Ramírez lo despertó por la mañana.

Kilmore estaba furioso consigo mismo por haberse quedado dormido. Pensaba en que podría haber usado el tiempo para calcular todo hasta el detalle más ínfimo.

Episodio 11: La batalla decisiva

  • Parte 1
  • Parte 2
  • Parte 3

Durante esta batalla, Kilmore estuvo constantemente distraído.

Cada tanto, buscaba a Milotova para revisar que estuviera bien. Estaba atento a la radio por si ella necesitaba ayuda.

No es de extrañar que terminara cometiendo varios errores tácticos y quedara en una situación crítica. El enemigo estaba acorralándolos a él y a Ramírez.

Necesitaban ayuda, pero, si la pidiera, Milotova sería la primera en responder. Ella estaba más cerca que los demás.

Por un lado, no podía ponerla en riesgo.

Por el otro, estaría poniendo a su pelotón entero en peligro por sus intereses personales.

Había que hacer algo, así que Kilmore pidió ayuda.

Milotova respondió y se apresuró a la posición del Pipeline, pero se encontró con dos tanques medianos enemigos. Kilmore ya estaba lamentando haber pedido ayuda.

Había enviado a su pelotón a un contraataque suicida para atraer el fuego enemigo hacia sí mismo. Las fuerzas eran desiguales.

Dañaron el vehículo de Ramírez.

Kilmore vio un impacto al vehículo de Milotova.

Golpearon el vehículo de Kilmore.

Kilmore trató de contactar a Milotova.

Silencio.

Unos pocos vehículos enemigos seguían intactos, pero todos los aliados habían sido incapacitados.

El enemigo se preparaba para rematarlos.

Kilmore salió por la escotilla y fue rengueando hacia el Tormenta, y hacia los enemigos.

Desenfundó su pistola y comenzó a disparar contra los enemigos con desesperación.

Un disparo.

Un segundo disparo.

Un tercero.

Luego, una explosión.

La sombra de un jet se veía sobre el terreno, cerca de Kilmore.

Ambos tanques enemigos fueron destruidos por un ataque aéreo.

Los tres sobrevivieron.

Pero el Tormenta y el Pipeline recibieron daños importantes y necesitaban reparaciones considerables.

Episodio 12: Las cartas sobre la mesa

  • Parte 1
  • Parte 2
  • Parte 3

Kilmore y Milotova se encontraron en el taller donde se estaban por terminar las reparaciones de sus vehículos.

"¿Ahora entiendes por qué no acepté tu solicitud de transferencia?".

"Sí, por tu hijo".

"Eso no es todo. Me prometí que nunca tendría que escribir otra notificación de fallecimiento. Viste a mis muchachos. No tienen nada que perder, ninguno de ellos".

"Pero yo tampoco tengo a nadie que me espere de vuelta. Mi padre está muerto. Mi tripulación de ambulancia fue asesinada. ¡No tengo a nadie! ¡Nadie va a lamentar mi muerte!".

"En primer lugar, nadie va a lamentar tu muerte porque no te va a pasar nada. Eres una de las mejores tanquistas, Milotova. A veces eres imprudente, pero eres un as. ¿Y qué es eso de 'nadie va a lamentar mi muerte'? No digas tonterías. Toda la gente de aquí te adora. Te tienen mucho cariño".

"¿Y qué hay de ti?".

"Yo también te tengo cariño".

En ese momento, Karl Vojtěch, un ingeniero y amigo del padre de Angela, apareció desde el garage.

"Teniente Kilmore, el Pipeline está listo para partir. Los tanques de combustible están llenos".

"Gracias, Karl. Es hora de irme".

"¿Irte a dónde?" preguntó Angela muy confundida.

"Nos van a transferir. Esta es tu unidad ahora, Milotova. Te la mereces".

Kilmore le dio una palmada a Angela en el hombro. Antes de que ella pudiera pensar algo coherente para decir, él ya había caminado hasta el Pipeline, se había metido y había salido del garage.

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